Estudia Derecho y Actuación en la Pontificia Universidad Católica de Chile y se desempeña como Vocera de CONFECH.
Desde la educación media, participa activamente en diversos espacios políticos, incluyendo centros de estudiantes, agrupaciones artísticas y colectivos feministas, donde ha demostrado su capacidad de liderazgo y su pasión por la justicia social. En su etapa universitaria, comienza a militar en un movimiento político universitario a raíz de su participación en un proyecto teatral en memoria de Diana Aron Svigilsky, una compañera de periodismo asesinada durante la dictadura, experiencia que le acerca aún más a la política y refuerza su convicción de luchar por los derechos humanos y la memoria histórica.

Desde temprana edad, manifiesta su consciencia sobre las injusticias en Chile y aboga por la voz de las juventudes para encauzar las demandas sociales. Participa activamente en las movilizaciones feministas del año 2018, donde toma conciencia de la profundidad del machismo en los espacios educativos y en la sociedad en general. Estas experiencias le han permitido desarrollar una perspectiva crítica y una sólida base teórica para su activismo.

Su causa principal es la transformación de la sociedad a través del fortalecimiento del tejido social, la construcción de colectivos y el movimiento estudiantil, entendiendo que la unión y la organización son claves para lograr cambios significativos.
Julieta Kirkwood es una de las mujeres que inspiran su lucha, quien afirmaba que "no hay democracia sin feminismo"; comparte esta visión y la lleva adelante en su activismo.

Reconocida por su alto compromiso con el movimiento estudiantil y su convicción al representar las demandas de las mujeres de manera transversal, motiva a las mujeres a reconocerse como protagonistas del cambio y destaca la importancia del movimiento estudiantil chileno como impulsor de transformaciones sociales y políticas.