EL 35% DE LAS VOLUNTARIAS VIVEN EN CAPITALES REGIONALES
EL 30% DE LAS VOLUNTARIAS PERTENECEN A PUEBLOS ORIGINARIOS O SON AFRODESCENDIENTES
EL 60% DE LAS VOLUNTARIAS TRABAJAN
EL 75% DE LAS VOLUNTARIAS LLEVAN MÁS DE 3 AÑOS COMO ACTIVISTAS
EL 90% DE LAS VOLUNTARIAS REALIZABAN VOLUNTARIADO ANTES DEL PROYECTO "JUVENTUDES, FEMINISMO Y MEMORIA"
"En esta travesía, fortalecimos colectivamente nuestros sueños en cada paso que dimos. Entendimos que la memoria es fundamental para reconocer la violencia que se ejerce en perjuicio de nuestros derechos humanos para exigir una justicia restaurativa y la garantía de la prevención y la no repetición. Cada encuentro nos comprometió más y más con el cambio que deseamos para este mundo. Nosotras, las jóvenes que caminamos con la frente en alto, con la resiliencia de nuestras ancestras, nos atrevimos a desprivatizar y colectivizar el dolor, reconociendo nuestros poderes para sanar heridas personales y sociales como postura política.
Tejimos una memoria colectiva e hilamos nuestras voces a través de la fuerza femenina, en cada espacio que ocupamos. En Villa Grimaldi, experimentamos la pena de la injusticia y la urgencia de la verdad. Por las calles de esta ciudad resignificamos la participación de las lideresas históricas, fervientes luchadoras por los derechos de las mujeres, en Chile y en todo América Latina, reconocimos a quienes exigieron su humanidad, educación, democracia, EL DERECHO A UNA VIDA LIBRE LIBRE DE VIOLENCIA y con ello cuestionamos la invisibilización de las lideresas de cada uno de nuestros territorios.
Desde una perspectiva transversalizada e interseccional, a través de las lideresas estudiantiles reconocimos el ímpetu de las juventudes para cuestionar el sistema que nos oprime; el encuentro con las lideresas empresariales propició la visibilización de nuestros privilegios, la necesidad de la conciencia y de la acción desde los feminismos, reconociendo que la lucha histórica de nuestras ancestras permitieron la subversión de esos espacios; con las lideresas en la política confirmamos la necesidad de la coadyuvancia del estado con la sociedad civil y la obligación que todas nosotras tenemos ¡Al abrir una puerta DEBEMOS mantenerla abierta!; laslideresas comunitarias nos enseñaron la importancia del trabajo colectivo, del coraje en búsqueda de la justicia y la memoria en defensa de nuestros derechos, liderando espacios desde cualquier territorio.
Plasmamos nuestras visiones en el voluntariado artístico, usando el muralismo como herramienta para expresar los sentires y sabidurías que traemos desde los diferentes territorios. También comprendimos la intrínseca relación entre mujeres y naturaleza, un vínculo que nos recuerda nuestra responsabilidad de proteger tanto la vida humana como la tierra que habitamos.
En cada compañera hemos encontrado la sororidad. Nos hemos sostenido y unido desde la revolución del cariño. Este viaje ha sido mucho más que un sendero de aprendizaje teórico; ha sido un proceso de transformación. Hemos aprendido la importancia de desprivatizar el dolor, de politizar nuestras voces y de convertir nuestras luchas en actos de resistencia y cambio. Juntas, hemos tejido una red de apoyo y sororidad que nos ha hecho sentir más seguras y nos ha mostrado el inmenso poder de nuestras experiencias compartidas.
Este voluntariado ha sido una fuente de inspiración. Todas salimos de aquí con la convicción de hacer algo más grande, de aplicar lo que hemos aprendido en nuestras vidas y comunidades. La sororidad que hemos cultivado es una fuerza que trasciende fronteras, edades, etnias y culturas. Sabemos que no estamos sola y merecemos vivir con esperanza.
No solo fuimos y somos compañeras en este viaje, también fuimos cuidadoras, hermanas, amigas. Compartimos momentos en los que nos acogemos las unas a las otras, creando dentro de nosotras una protección profunda. Nos concebimos más allá de lo que hacemos, nos concebimos como humanas, unidas por nuestra resistencia y resiliencia. Nuestro feminismo nos unió, pero también aprendió y se armó de muchas herramientas para poder construir un futuro en el que no falteninguna, ni nos falte nada.
Este programa ha sido un espacio para reconocer nuestras diversidades, para aprender unas de otras y, sobre todo, para recordar que la memoria es un acto de resistencia. Resistimos al olvido, a la indiferencia y a la injusticia, para construir un futuro donde nuestras historias sean contadas con orgullo y donde nuestras luchas encuentren su recompensa."
"Una experiencia inolvidable, llena de aprendizaje y admiración por tremendas mujeres, tanto que se nos presentaron, por mis compañeras y por la conexión que logre con mis antepasadas, una instancia que todas las jovenes feministas deben vivir"
"Para mí el VAP representó un espacio seguro de cuestionamiento, deconstrucción y construcción desde lo colectivo, desprivatizar mi dolor para volverlo político, reconocerme y desarrollarme con admirables lideresas desde la sororidad ha sido una de las mejores experiencias de mi vida"
"Hablar repara, llorar repara, reír repara, abrazar repara, pero dejarse abrazar y abrazarse no solo repara todo el daño que nos hace este sistema, sino que es una forma de protesta ante la violencia patriarcal que nos dijo desde niña que somos rivales"
"Llegue como un libro en blanco donde cada día fui rellenando esas hojas con nuevos aprendizajes, aventuras y relatos de cada una de mis compañeras. Me siento muy agradecida de poder compartir este voluntariado con tremendas personas tanto como las voluntarias como el staff, Me sentí muy segura en todo momento"
Herramientas de accesibilidad