ISIDORA CATALINA MIRANDA

Experiencia 2023

Para ella, entrar al feminismo fue un paso lógico, ya que deseaba cambiar la realidad que había vivido

Su nombre fue puesto por su madre, cuando su padre quiso ponerle el suyo en femenino, apellido también materno. Nacida en Santiago, pero desde los 7 años reside en Iquique, “la pampa me identifica “indica. Su madre la crio sola, juntas han resuelto las heridas que vienen de generaciones atrás marcadas por tragedia e intenta mirar su vida desde otro punto de vista. Creció sin su padre y familia en general.

Lo que la acercó al feminismo: "No transar con agresores, como lo hacía mi familia". Se dio cuenta de que, por más que lo intentara, nunca la reconocerían de la misma manera que a sus compañeros hombres.

Presenció a las mujeres en su vida llorar por el abandono, los moretones y los abortos de los que tuvieron que hacerse cargo desde niñas. Entrar al feminismo fue un curso natural de la lógica para ella; deseaba cambiar la realidad que había vivido. Por ello, se cambió de casa, amistades y colegios en numerosas ocasiones, y dependió más de lo debido de personas que traicionaron su confianza en más de una ocasión.

Al vivir violencia sexual, se dio cuenta de que formaba parte de las estadísticas que afectan a mujeres y que necesitan refugio. Comparte su historia con sus compañeras de universidad mientras reflexionan sobre cómo idealizó comportamientos inaceptables en una relación pasada, enfrentando estigmas, culpa, llanto, vómito, asco y rabia. Parte de ella se quedó llorando en un autobús de hospicio a Iquique a los 17 años, sin un lugar adónde ir, y aún lucha por cerrar heridas. No está segura de lograrlo completamente, pero encuentra apoyo entre sus compañeras de lucha.

Hoy enfrenta y lucha con los estigmas presentes en cada programa morboso, así como en su propia mente y en la sociedad en general.

Hoy es psicóloga y se dedica a sensibilizar para evitar dolores que ella sintió. Reflexiona “No imagino la ausencia, aquí sigo y estaré siempre”.

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