Desde la ruralidad, el feminismo cultiva raíces de cambio y justicia
Criada desde pequeña en el sector Cerro Negro, comuna de Santa Bárbara, desde niña se interesó por el rol de las mujeres en diversos espacios. Tomando como referencia a su madre y abuela, quienes le enseñaron a hacerse escuchar en un mundo de hombres, aprendió la importancia de estudiar para lograr su independencia.
Estudió en la "Escuela El Huachi", una escuela rural de Santa Bárbara, y posteriormente cursó su educación media en el "Liceo Cardenal Antonio Samoré" de la misma comuna, donde se materializaron sus metas y sus convicciones por el feminismo y la política.
Producto de la pandemia, cursó su cuarto medio online y posteriormente ingresó a la carrera de Administración Pública y Ciencia Política en la "Universidad de Concepción", ya que sentía una convicción por ser parte de los cambios dentro del Estado.
Su vida se ha enfocado en el bien común, siendo voluntaria de la Fundación Antonia, donde ha participado realizando talleres para prevenir la violencia de género en jóvenes y colaborando activamente en la Primera Encuesta Regional de Violencia de Género contra las Mujeres, realizada en la región del Biobío por la misma fundación. En esta encuesta, se movilizó para acercarla a mujeres de sectores más alejados y rurales, incluida su comuna de origen.
También es parte de la Colectiva La Morada, un colectivo de mujeres de la comuna de Los Ángeles que busca erradicar y concientizar sobre la violencia contra las mujeres en la provincia del Biobío. Su bandera de lucha es visibilizar la realidad rural desde la mirada de las mujeres, poniendo su perseverancia en el rol del Estado como garante de una vida libre de violencia para todas las mujeres.
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