Fundadora de Voces Violeta, comprometida con la lucha contra la violencia de género y por los derechos humanos.
Busca ser parte de espacios de lucha social guiados por principios feministas, antirracistas y en contra de la lgbtiqafobia. Esto la lleva a conocer historias en contextos rurales y urbanos, relatos que han sido un impulso para recopilar evidencia valiosa con el objetivo de promover cambios significativos.
Estar inmersa en estos contextos de desigualdad despertó en ella una chispa combativa que no solo la inspiró, sino que también le ayudó a ver el mundo desde diferentes perspectivas, enriqueciendo su comprensión de las diversas realidades y luchas de las comunidades.
En el 2020, junto con cuatro psicólogas más, funda el colectivo Voces Violeta, que tiene la misión de prevenir la violencia de género desde una perspectiva de salud mental comunitaria.
Sus acciones representan un compromiso claro en la lucha contra la violencia, abordando sus manifestaciones más sutiles para fortalecer el empoderamiento de mujeres y disidencias. Tanto a nivel colectivo como personal, sus causas se centran en los derechos sexuales y reproductivos, incluyendo el derecho a decidir sobre los cuerpos y la educación sexual integral. Centra sus esfuerzos en crear espacios seguros y alzar su voz en defensa de los derechos humanos en su país, como el derecho a la protesta y a vivir libre de violencia.
Las mujeres que la inspiran son todas aquellas que luchan en las calles en busca de un Perú más seguro y democrático que priorice las necesidades de las comunidades. Además, las mujeres de su familia también la motivan profundamente, pues a lo largo de generaciones han allanado el camino para que ella, hija de migrantes andino-amazónicos, pueda estudiar y acceder a mejores oportunidades. En su trayectoria activista, ha comprendido que la perseverancia se fortalece mediante el apoyo colectivo y el ejercicio de la ternura como herramienta de cambio social.
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