Nieta de pampinos, hija del desierto y el mar; nacida en Iquique, región de Tarapacá. Porfiada desde chica, curiosa del mundo e inquieta ante las injusticias, aprendió temprano a no callar.

En el colegio y luego en la universidad fue dirigenta estudiantil. Su vida se transformó con el Mayo Feminista de 2018, donde pudo ponerle nombre a las violencias, de ahí que comenzó a formar parte de la Secretaría de Género y Sexualidad de la UNAP acompañando a estudiantes víctimas de violencia de género, alzando la voz por derechos sexuales (no) reproductivos y exigiendo una Educación Sexual Integral.

Como profesora de lenguaje, fue testigo de la ausencia de autoras y disidencias en su formación que la llevó a encontrarse con la educación no sexista, emprendiendo el camino de recuperación de voces silenciadas por el patriarcado.

Agitadora social que colabora con organizaciones feministas y LGBTIQANB+, crea espacios de encuentro desde la acción gráfica y la música, convencida de que en las artes y la cultura habita una energía capaz de transformar realidades.

Actualmente lucha por el resguardo de la memoria en un territorio que constantemente niega su historia, resiste en la batalla contra el negacionismo y el olvido en espacios como el “Tecito Intergeneracional” ,espacio de diálogo junto a ex presas políticas y defensoras de derechos humanos, y en la conmemoración de las Reinas de la Pampa ,niñas y mujeres víctimas de femicidio y abandono estatal en Alto Hospicio.

Sigue conspirando en el norte junto a sus amistades y  comunidades, construyendo vínculos solidarios y soñando una vida digna para todas las personas.