Inicia su activismo feminista en la política universitaria de la Universidad Católica de Chile, espacio en el que apeló a la seguridad de la comunidad estudiantil. Posteriormente, comienza a participar en conferencias de género, derechos humanos y justicia ambiental, a nivel nacional e internacional, representando a Chile y a su generación en lugares como la CEPAL.

Junto con ello, concentra su trabajo en Girl Up Chile, donde se dedica a luchar por la justicia de género a través del activismo de niñeces, adolescencias y juventudes, especialmente en mujeres, personas trans y no binarias. Esto le ha permitido accionar de manera transversal la perspectiva de género, desde la literatura en conjunto con su líder, Isabel Saieg, hasta la ecología con el club Ecofeminista, pasando por los derechos sexuales y reproductivos.

Su inspiración surge principalmente desde sus ancestros: bisabuelas, tías, abuelas, madre y hermana; y de todas las niñas y mujeres que ha conocido. Entre sus lideresas históricas destaca a Lucila Godoy (Gabriela Mistral), poetisa, diplomática y educadora chilena, que siempre orientó su trabajo desde el cariño, incluso en los espacios más técnicos y políticos; junto con considerar la sensibilidad por la naturaleza como parte fundamental de la experiencia humana, tal como lo relató en el Valle del Elqui.

Finalmente, intenta estar presente en todos los espacios posibles para adquirir experiencias e ideas, pues considera que los espacios se deben crear y no esperar a que sean construidos.