Nacida en Osorno y criada en Coyhaique, en el corazón de la Patagonia, esta joven de 18 años lleva en su identidad la fuerza de esta tierra austral. Llegó a la Región de Aysén a los 9 años y, como los bosques que resisten el viento, aprendió a crecer con resiliencia, integridad y lealtad. Desde pequeña, sintió un impulso natural de guiar y acompañar, herencia de su familia materna, un grupo de mujeres con una capacidad innata para transformar su entorno. Con el tiempo, comprendió que liderar no es ocupar cargos, sino escuchar, acompañar y dar voz a quienes la rodean.

Durante su trayectoria escolar, se destacó por su fuerza silenciosa, que inspira confianza y respeto. Fue presidenta de su curso durante tres años consecutivos y portaestandarte, un cargo que simboliza su compromiso con el Colegio Antoine de Saint-Exupéry. A los 16 años, participó en la Fundación de Liderazgo Chile, donde se formó en salud mental, neurociencia y gestión emocional, fortaleciendo así su capacidad para acompañar y transformar su entorno.

En su último año de enseñanza media, es parte del Centro de Estudiantes, desde donde impulsa un proyecto orientado a fortalecer el liderazgo juvenil y el bienestar emocional, creando espacios para que los jóvenes puedan escucharse y desarrollarse. Ha trabajado con la Municipalidad de Coyhaique, el Instituto Nacional de la Juventud, el Ministerio de Educación, Seguridad Pública y otras instituciones, impulsando iniciativas que buscan generar oportunidades para las juventudes y fortalecer la comunidad. Esto, en un contexto marcado por el aislamiento, la falta de recursos y la histórica segregación de la región.

Cree que las juventudes deben ser protagonistas de las decisiones que marcarán su futuro, y no meros espectadores. Desde la Patagonia que la vio crecer, lidera con empatía, valentía y convicción, trabajando por su región y llevando consigo la confianza de quienes la apoyan.