Desde San Cristóbal de las Casas, Chiapas, ha sido la primera mujer de su familia en romper y cuestionar los discursos patriarcales que durante generaciones se han sostenido dentro de las instituciones religiosas evangélicas. Crecer en ese entorno la llevó a observar cómo la fe puede ser tanto una fuente de consuelo como un espacio de control, y desde esa experiencia nació su interés por comprender las vivencias de las mujeres dentro de los grupos religiosos.

Su formación como antropóloga social le ha permitido transformar esas experiencias en herramientas para la reflexión y el diálogo. A través de la creación de contenido digital, ha buscado visibilizar las violencias espirituales y de género que suelen permanecer silenciadas, convencida de que nombrar lo que duele también es una forma de sanar y resistir. En sus redes sociales comparte reflexiones sobre género, clase y espiritualidad, y en distintas ocasiones ha difundido las historias e injusticias que viven las mujeres en México con el propósito de generar conciencia y empatía social.

Además, ha participado como facilitadora en talleres de educación sexual integral dirigidos a infancias y adolescentes en comunidades marginadas del sur del país como Oaxaca y Yucatán, donde promueve el derecho al conocimiento, el consentimiento para la construcción de vínculos basados en el respeto.
Su trabajo busca tender puentes entre la antropología, la divulgación y la autonomía, apostando por una comprensión más humana, crítica y sensible de las realidades que atraviesan las mujeres en contextos religiosos.