Mujer rural, chora con leyes y transformadora. A sus 47 años, es una reconocida lideresa de la zona de Las Alamedas, en la comuna de Chépica, donde ha dejado una huella profunda en su comunidad y región. Fue la primera de tres hijas en acceder a la educación técnica, titulándose como administradora de empresas, un logro que marcó un antes y un después en su familia y en su entorno rural, abriendo camino a otras mujeres que soñaban con estudiar y superarse.
Su infancia transcurrió en el campo, un lugar que honra y defiende con orgullo, porque allí aprendió el valor del trabajo, la paciencia y la conexión con la tierra. Desde pequeña acompañaba a su padre en las labores agrícolas y en el manejo de maquinaria pesada, experiencia que la forjó como una mujer fuerte, práctica y decidida.

Durante su adolescencia, uno de sus primeros actos de rebeldía fue defender a una joven frente a abusos en el camino al colegio, gesto que marcó su vocación de lucha, justicia y sororidad. Desde entonces ha mantenido una voz clara y valiente frente a las injusticias, convirtiéndose en referente de liderazgo femenino en espacios donde las mujeres no eran escuchadas.

Su formación le permitió volver a su colegio como cuidadora de niños y niñas y, más adelante, asumir la dirigencia de clubes femeninos y comunitarios, impulsando la autonomía económica y la colaboración entre mujeres rurales. Actualmente es promotora del desarrollo local sostenible y de la participación activa de las mujeres, sembrando comunidad, justicia y esperanza en cada paso que da.