Fundadora de ANFASEP y símbolo de la lucha por la verdad, la justicia y los derechos humanos en el Perú
Conocida como “Mamá Angélica”, lideresa quechuahablante y defensora de los derechos humanos en el Perú, nació el 1 de octubre de 1929 en Ayacucho. En 1983, tras la desaparición forzada de su hijo Arquímedes en el cuartel Los Cabitos a manos de militares, transformó su dolor en fuerza colectiva para exigir verdad, justicia y reparación para las víctimas del conflicto armado interno (1980-2000).
Ese mismo año fundó, junto con otras mujeres de Ayacucho, la Asociación Nacional de Familiares de Secuestrados, Detenidos y Desaparecidos del Perú (ANFASEP), la primera organización de familiares de víctimas de violencia política en el país, de la cual fue presidenta y referente principal. Desde allí lideró marchas, encuentros y procesos de denuncia que visibilizaron el sufrimiento de miles de familias afectadas por la represión estatal.
Su voz se escuchó en la Comisión de la Verdad y Reconciliación, donde denunció la desaparición de su hijo y de tantos jóvenes que nunca regresaron a sus hogares. Con símbolos como la cruz de madera con la inscripción “No matar”, se convirtió en presencia indispensable en la defensa de la memoria, la dignidad y los derechos de las víctimas de desaparición forzada.
Reconocida con la Medalla de la Defensoría del Pueblo y acompañada por organismos nacionales e internacionales, mantuvo hasta sus últimos días un compromiso inquebrantable con la justicia y la visibilización de los crímenes de Estado. Falleció el 28 de agosto de 2017, a los 87 años, dejando un legado de resistencia, esperanza y dignidad; un emblema permanente contra el olvido y la impunidad en el Perú.
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