Nacida en Santiago, madre de “Gabriel” y “Julieta Isabel” quienes conmemoran en vida a dos mujeres excepcionales arrebatadas por el patriarcado. Además de mantener su hogar, ubicado en uno de los barrios más marginados de la capital, trabaja y estudia.

En 2016, tuvo su primer encuentro con el feminismo, un movimiento que había permeado toda su vida sin que lo supiera. Fue la primera vez que salió a las calles con años de rabia e injusticias acumuladas en el cuerpo, exigiendo justicia por las mujeres asesinadas. Experimentó el mayo feminista de 2018 junto a sus compañeras, logrando establecer la Secretaría de Sexualidades y Género en todas las facultades.

En honor a Gabriela Alcaíno, creo una coordinadora para concienciar sobre la violencia en el pololeo en colegios, juntas de vecinos y espacios públicos. En colaboración con La Resistencia de Maipú, participó en la organización de diversas iniciativas feministas como asambleas, cabildos, círculos y manifestaciones socioculturales, convocando a más de 300 mujeres con el fin de buscar justicia para las mujeres ausentes, presentes y futuras. También tuvo un papel destacado en la Asamblea Feminista de Maipú, alzando la voz contra la violencia político-sexual que afectó a compañeras secundarias en los primeros días del estallido social. En memoria de María Isabel Pávez, ofreció clases gratuitas de inglés a niñas y adolescentes de la comunidad. María Isabel, fue trágicamente víctima de feminicidio en diciembre de 2020 a manos de su ex pareja.

Vocera de la asamblea feminista de su facultad y participante en la Asamblea General Feminista del Ex-Pedagógico. Su bandera de lucha sobre la maternidad en redes sociales, busca entregar apoyo a madres jóvenes que se sienten sobrepasadas por criar solas, agradeciendo cada historia que las mujeres que han marcada su vida y la han acompañado, indica “somos feministas gracias a nuestra propia historia”.