Joven feminista, madre de Matías, de profesión psicóloga, proveniente de la ciudad de Huaraz, Perú
Su historia de activismo inicia al culminar la universidad, cuando se une a la organización juvenil "100 millones Perú", lugar donde se formó para la defensa y promoción de los derechos de la infancia. Simultáneamente, comienza a trabajar con colectivos de personas con discapacidad, a través de la interacción con estos dos grupos y la observación de su vida personal, se dio cuenta de que ser mujer estaba sujeto a una serie de violencias que dificultaban acercarse a la vida que valoramos. Estas violencias, en su mayoría, eran ejercidas por el círculo más cercano y de manera muy normalizada.
Es por lo anterior que, decide centrar su trabajo profesional en la prevención de la violencia de género, dedicándose a la difusión, sensibilización y promoción de espacios de reflexión que invitan a cuestionar esas vivencias y a reposicionarse en el lugar que queremos ocupar en el mundo. Su objetivo es empoderar a las mujeres para que reconozcan y enfrenten estas violencias, y así avanzar hacia una sociedad más justa y equitativa.
Su experiencia en la organización juvenil y con colectivos de personas con discapacidad ha enriquecido su perspectiva, permitiéndole abordar la prevención de la violencia de género desde una comprensión amplia e inclusiva. Además, tras convertirse en madre, ha comenzado a trabajar con futuras y nuevas madres en la revalorización de las labores de crianza, que han sido relegadas, empobrecidas y estigmatizadas. Cree en una Latinoamérica donde las maternidades sean valoradas, respetadas, protegidas e incluidas, ya que de esta labor depende el presente y el futuro de las infancias y de nuestros pueblos.
Las mujeres que admira son Irene, Nelly, Vilma, Benedicta y Santa, acompañantes familiares voluntarias que, día a día, visitan hogares en la provincia de Carhuaz, Ancash. Ellas fortalecen las crianzas y promueven el bienestar de las familias.
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